De París a Miami: el viaje abrupto de una estrella

En el verano de 2021, cuando Lionel Messi dejó el Barcelona, Nasser Al-Khelaifi logró lo que parecía un golpe de efecto: convencerlo para vestir la camiseta del Paris Saint-Germain. Por unos instantes, el ataque del PSG —Messi, Kylian Mbappé y Neymar— fue el tridente más espectacular del viejo continente. Pero la suma de nombres no alcanzó para transformar al equipo en una máquina imbatible.

Éxitos locales y frustraciones europeas

En lo deportivo inmediato, Messi aportó para que el club levantara la Ligue 1 de forma consecutiva. Sin embargo, el gran objetivo siempre fue otra cosa: la Champions League. El equipo estrellado quedó por detrás de las expectativas y fue incapaz de avanzar más allá de los octavos de final. A nivel individual, Messi vivió episodios complicados en París, incluida una relación fría y a veces tensa con la afición, que terminó por cerrar su ciclo en el Parc des Princes.

El rol de Leonardo y las palabras desde la dirigencia

Leonardo, director deportivo del PSG entre 2019 y 2022 y una pieza clave en la llegada del argentino, habló tiempo después sobre aquel período. En diálogo con RMC Sport, explicó que Messi quería quedarse en el Barça, pero que cuando el club catalán no pudo retenerlo, el PSG fue la opción principal. Leonardo definió los dos años en París como llenos de “malentendidos” y reconoció lo difícil que debe ser dejar el lugar donde uno vivió 20 años:

  • «Messi quería quedarse en el Barça, pero desde el momento en que el Barcelona no pudo retenerlo, el PSG fue la primera opción.»
  • «Después de eso, hubo muchos malentendidos. Fue difícil para él. Había estado en el mismo lugar durante 20 años y luego te mudas.»
  • «Decir que no estaba feliz es una manera de defenderse. Hubo la eliminación en el Real Madrid [en la Liga de Campeones 2021-22]; fue complicado.»

¿Por qué no funcionó el equipo de estrellas?

Más allá del análisis dirigencial, voces desde el vestuario ofrecieron explicaciones sobre la coexistencia de tantas figuras. Rafinha, excentrocampista del PSG y del seleccionado brasileño, contó en el Charla Podcast su sensación desde la pretemporada: a su entender, la convivencia de nombres generó tensiones imposibles de gestionar.

Rafinha recordó la primera sesión con todos presentes y fue tajante: «Esto no puede funcionar». Enumeró las fricciones previstas:

  • En el arco, la disyuntiva entre Keylor Navas y Donnarumma: «Quien no juegue estará furioso».
  • En defensa, la convivencia de Marquinhos, Kimpembe y Sergio Ramos dificultaba elegir un trío titular sin generar conflictos.
  • En ataque, la superposición entre Di María, Mbappé, Neymar y Messi planteaba la pregunta inevitable: «¿A quién sacas?» Rafinha añadió que Di María tenía un peso dentro del equipo que no permitía desplazarlo fácilmente.

«Para un entrenador, es imposible. Eran el mejor equipo del mundo en términos de jugadores, nombres, pero al mismo tiempo, difícil de gestionar. Yo no estaba jugando, así que estaba observando», concluyó el brasileño.

Nuevo capítulo en Estados Unidos

Tras la salida de París, Messi eligió Inter Miami, el proyecto de la MLS propiedad de David Beckham. Con el club estadounidense, el argentino ya cosechó el MLS Supporters’ Shield en 2024 y lideró la temporada regular como máximo artillero con 34 goles. Ahora su objetivo es dar el salto definitivo y ganar la Copa MLS.

Además, el vínculo con Miami se extendió: el mes pasado Messi firmó un nuevo contrato que lo liga al club hasta 2028. Aun así, el vínculo emocional con Barcelona se mantiene intacto. En una visita sorpresa al Camp Nou recientemente remodelado, compartió en redes una reflexión íntima: «Anoche volví a un lugar que extraño con el alma. Un lugar donde fui inmensamente feliz… Espero que algún día pueda volver, y no solo para despedirme como jugador, ya que nunca pude hacerlo.»

¿Cómo le va a Messi?

La respuesta es doble: deportivamente está en un gran momento individual en la MLS y proyecta seguir ganando con Inter Miami; emocionalmente, sigue anclado a su pasado en el Barça. París fue una experiencia compleja, con éxitos domésticos pero frustraciones europeas y roces humanos. Hoy, en Florida, Messi busca continuidad, clubes tranquilos y metas claras: otro título en su palmarés y, quizás en el futuro, un regreso distinto a ese Camp Nou que nunca dejó de pertenecerle.