La justicia interna del fútbol: el Tribunal de Disciplina de la AFA bajo la lupa

Las críticas no solo apuntan a los árbitros o al VAR: inciden directamente sobre la AFA y su conducción. Claudio “Chiqui” Tapia figura en el centro de la escena; a su lado, Pablo Toviggino como hombre fuerte del manejo financiero; Federico Beligoy, responsable de los árbitros; y, por supuesto, los jueces del sistema disciplinario. Los dirigentes suelen guardar silencio mientras los hinchas estallan ante decisiones polémicas que favorecen a ciertos clubes o perjudican a otros de manera habitual.

El rol del Tribunal en medio de escándalos recientes

El Tribunal de Disciplina funciona como el brazo operativo de la “justicia” interna del fútbol argentino, obligado a intervenir en un contexto sensible y convulsionado. La polémica por el “espaldazo” de Estudiantes en Arroyito y las dudas sobre una eventual modificación del boletín 6625 —que regulaba la obligación del pasillo a los campeones— volvieron a poner al organismo en el centro del debate.

Un caso emblemático de las decisiones del Tribunal fue el del cruce entre Gimnasia de Jujuy y Deportivo Madryn, por el reducido de la Primera Nacional. Tras la suspensión del partido en el entretiempo, el árbitro Lucas Comesaña denunció haber recibido amenazas de un sector de dirigentes jujeños. El Tribunal tomó medidas: declaró el partido a favor de Deportivo Madryn por 3 a 0. En el partido de vuelta, Madryn ganó 1 a 0 y avanzó a semifinales.

Pero la historia no terminó ahí. La Justicia ordinaria, a través del fiscal Diego Funes, archivó la causa por falta de pruebas y concluyó que no existieron actos ilícitos ni amenazas que impidieran la continuidad del juego. “La seguridad del cuerpo arbitral estuvo garantizada para que el partido continuara”, sostuvo el fiscal, en contraste con la versión de Comesaña. El árbitro, por su parte, dijo en aquel momento: “Lo que sucedió lo informé y queda en el tribunal tomar una decisión. El partido está suspendido, después resolverá el Tribunal de Disciplina cómo seguirá esto”.

Cómo funciona el órgano disciplinario

En la AFA conviven tres tribunales con funciones próximas: el Tribunal de Disciplina, conducido por Fernando Mitjans; el Tribunal de Apelaciones, presidido por Héctor Latorraga; y el Tribunal de Ética, liderado por Diego Gustavo Barroetaveña. Pero es el de Disciplina el que suele dominar la agenda: investiga y sanciona infracciones a estatutos, al código de conducta y a las normas deportivas, aplicando penas a clubes y jugadores cuando se detectan irregularidades.

Composición, reglas y procedimientos

  • El Tribunal de Disciplina está integrado actualmente por ocho integrantes: presidente, vicepresidente y seis vocales.
  • Se rige por el Estatuto y el Código de Ética de la AFA, bajo el Reglamento de Transgresiones y Penas; en casos excepcionales recurre al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
  • Oficialmente el estatuto prevé 12 miembros más un presidente, pero en los últimos años el cuerpo sesiona habitualmente con menos integrantes —ocho, a veces siete— designados por el presidente de la AFA con sugerencias de clubes de distintas categorías y distritos.

Quiénes marcan la pauta

Al frente del Tribunal está Fernando Mitjans, escribano que preside el organismo desde 1995. Llegó a ese lugar respaldado políticamente por Mauricio Macri y, además, integra el Comité de Apelaciones de la FIFA. Detrás suyo aparece Sergio Fernández como vicepresidente: juez de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal y figura vinculada al mundo del fútbol amateur —se recuerda, por ejemplo, que le obsequió a Lionel Messi la camiseta de Newell’s que el rosarino empleó para homenajear a Diego Maradona tras su muerte.

Entre los vocales y asistentes aparecen nombres que mezclan trayectoria judicial y vínculos con el fútbol: Matías García, Jorge Luis Ballestero, Néstor Pablo Barral, Esteban Mahiques, Ezequiel Iglesias Berrondo y Martín S. Peluso. Eduardo Bozzi, histórico integrante desde 1991, falleció el 11 de octubre pasado.

Perfiles con peso judicial

  • Jorge Luis Ballestero: ex juez federal con más de cuatro décadas en la Justicia. Abogado egresado de la UBA en 1988, fue designado juez federal en 1993 y renunció en 2018 tras un fallo que liberó a Cristóbal López. Se sumó al Tribunal a fines de los ’90 y suele mostrar un perfil público alto.
  • Esteban Mahiques: subsecretario de Asuntos Nacionales en Cancillería, con una trayectoria ligada al ámbito diplomático y judicial, lo que facilitó su inserción en la AFA.
  • Néstor Barral: juez de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, conocido por procesar a la viuda y el hijo de Pablo Escobar por lavado de activos; también intervino en casos mediáticos durante la pandemia.

La dinámica diaria y las tensiones históricas

El Tribunal sesiona en oficinas del cuarto piso de la AFA, generalmente los lunes y los jueves. Tras cada jornada de fútbol recibe los informes arbitrales y convoca a jugadores y dirigentes que puedan ser objeto de sanciones; los fallos suelen publicarse los jueves, una dinámica que se fue ajustando con el aumento de partidos y competencias.

La historia del organismo está salpicada de episodios que alimentan la desconfianza: audios filtrados, pedidos informales de dirigentes para suavizar sanciones y vínculos con figuras de peso en el fútbol nacional. En ese tablero, Mitjans ha sido una figura central, con apoyos que en algún momento llegaron desde la cúpula histórica del fútbol argentino.

En una columna publicada el 26 de julio en Infobae titulada “La demagogia política de siempre”, Mitjans se defendió de las críticas sobre la gestión del Tribunal y abordó la polémica por el regreso de las visitas: “No somos ningunos mafiosos. Hace treinta años que estoy en el tribunal de disciplina de la AFA y veinte años en la FIFA. Conocemos estos casos y todo lo que digo está documentado y firmado”, sostuvo.

En entrevistas previas defendió además el carácter privado de la AFA: “La AFA es un ente del derecho privado. Se escucha mucha confusión, especialmente entre algunos funcionarios que piensan que la AFA es un organismo público. Obviamente el estatuto de la AFA está por debajo de la Constitución. Pero mientras no haya un delito o algo inconstitucional, su funcionamiento dentro de la esfera privada es perfectamente constitucional”. Mitjans también se manifestó contrario a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD): “Soy optimista de que no podrán avanzar con esto. Al final, todo se reduce a plata y negocios”.

Casos resonantes y su impacto político

En octubre del año pasado, el Tribunal suspendió por dos años a Andrés Fassi, presidente de Talleres, tras críticas públicas contra el poder y una supuesta confrontación con el árbitro Andrés Merlos en un partido de la Copa Argentina. La sucesiva intervención del TAS y un acercamiento con Tapia resultaron en un inesperado reacomodamiento: la T terminó siendo, con el tiempo, un aliado externo moderno.

Desde dentro del mundo jurídico deportivo, voces críticas y defensoras coexisten. Luis Parietti, asesor legal con décadas de experiencia, reconoció la existencia de presiones informales pero defendió la integridad del Tribunal: “Mitjans es 100 por 100 honesto. No creo que haya influencias, aunque es habitual recibir llamados de dirigentes o hasta de jugadores para modificar un fallo. El tribunal es independiente, nunca se favoreció ni se perjudicó a un club de forma explícita”, dijo en su momento. A la vez admitió fallos y prácticas discutibles: “Tal vez haya falta de capacitación en algunos actores. Puede haber alguien deshonesto, pero si es así, es la excepción. Es fácil mandar en cana a alguien; no todo está sucio”.

Miradas finales: poder, sospechas y la necesidad de transparencia

La AFA y su Tribunal de Disciplina siguen siendo piezas claves en el ajedrez del fútbol argentino: deciden, sancionan y, muchas veces, definen destinos deportivos. El choque entre la justicia interna y la ordinaria —como en el caso Gimnasia de Jujuy–Deportivo Madryn— desnuda la fragilidad de un sistema que necesita más transparencia y certezas procesales.

Como resume una apreciación habitual entre los asesores legales del fútbol: las polémicas y las grietas forman parte de la historia del deporte en la Argentina. “No creo que Tapia llame por teléfono para presionar por un fallo”, asume Parietti, aunque admite que, en este ecosistema, a veces alcanza con una mirada. Y esa mirada, para muchos, todavía despierta dudas.