El regreso del Toto y una oportunidad histórica
Quince largos años separaron a Eduardo Salvio de los hinchas de Lanús. El delantero que explotó en el Sur partió en 2009 tras deslumbrar en el fútbol argentino y emprendió una carrera por el mundo: Atlético de Madrid, Benfica y un paso irregular por Boca antes de volver desde México para darle al Granate la jerarquía que buscaba Ricardo Zielinski.
Emoción a flor de piel
A dieciséis años de su partida, está por entrar en la historia grande del club que lo vio nacer. “Estamos a un paso, es por lo que volví al club”, confesó el Toto en diálogo con DSports, visiblemente conmocionado a días de la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Mineiro.
Un plantel con experiencia y oportunidades
Salvio se presenta como referente dentro de un equipo que mezcla experiencia y presente contundente. Entre los nombres que aparecen como sostén del proyecto se destacan:
- José Canale y Carlos Izquierdoz en la zaga central.
- Marcelino Moreno, encargado del buen pie en la creación.
- Rodrigo Castillo, que llega afiladísimo a la definición.
Ese respaldo deportivo, junto con la enorme esperanza que genera la afición, alimenta la ilusión de una hazaña tangible.
La hinchada y la memoria
Casi 15.000 hinchas se espera que viajen desde el Sur hasta Asunción para teñir de granate La Nueva Olla. La masiva caravana tiene un componente emotivo: en 2020 la gente de Lanús no pudo hacerse presente en la final frente a Defensa y Justicia, y esta vez se movilizó con todo para acompañar al equipo.
Precaución y realismo
“La realidad es que todavía no ganamos nada”, dijo Salvio en un intento de bajar la euforia. Un mensaje que se alinea con el del entrenador anterior, Mauricio Pellegrino, quien advirtió: “si uno compara los pesos específicos -por el enorme presupuesto del Mineiro- ni habría que presentarnos, pero los partidos hay que jugarlos”. Pellegrino añadió: “Confío en que este grupo tiene mucho hambre, y eso nos alimenta para vivir este partido”.
Contexto histórico
Doce años pasaron desde el último título internacional de Lanús, aquel que dirigía tácticamente Guillermo Barros Schelotto frente a Ponte Preta. En ese entonces Salvio ya desarrollaba su carrera en el Viejo Continente; desde entonces el club vivió momentos destacados —incluido un histórico subcampeonato en la Copa Libertadores— y el jugador tuvo su reconocimiento personal con una convocatoria al Mundial de Rusia 2018.
La gran cita
Todo está listo para el gran día: el sábado, desde las 17 hs, en Asunción. Lanús buscará su séptima estrella —la tercera a nivel continental— y Eduardo Salvio sueña con pasar a las páginas doradas del club que lo formó. Solo resta que ruede la pelota.