Werner en Anfield y la gravedad de una tarde para el Liverpool

La presencia de Tom Werner el sábado en Anfield dejó clara la dimensión del problema: el presidente del club ya no puede ignorar lo que sucede, si es que alguna vez lo hizo. Werner llegó con la esperanza de ver el inicio de campaña despegado con la ayuda de la contratación récord del club, Alexander Isak (£125 millones / $165m). En su lugar presenció lo que el capitán Virgil van Dijk definió después como un «desastre» colectivo.

Isak fue titular y desapareció

Slot optó por Isak por delante de Hugo Ekitike y el resultado fue demoledor: el sueco tocó el balón solo 14 veces y fue sustituido tras 68 minutos de juego. Su rendimiento fue tan pobre que muchos aficionados llegaron a echar de menos al caótico pero productivo Darwin Núñez. No puede esperarse mucha simpatía por Isak: llegó a Anfield en mala forma física y lo está pagando caro. Pero precisamente esa falta de estado hace incomprensible su titularidad.

El contexto internacional de Isak

Isak debería haber disputado al menos dos compromisos con Suecia durante el parón: salió del banco contra Suiza y no fue utilizado frente a Eslovenia porque el seleccionador Graham Potter no quiso arriesgar una tarjeta que podría dejarlo fuera de la semifinal del play-off rumbo a la próxima Copa del Mundo ante Ucrania. Aun así, Slot explicó su elección como un intento deliberado de devolverle ritmo de juego al delantero.

«Esta mañana tuve una conversación con el personal de rendimiento sobre cuál es la mejor manera para Alex – no para el Liverpool – de lograr que esté al 100% lo más rápido posible», reconoció Slot. «Siempre tengo que encontrar el equilibrio entre lo que es mejor para él como individuo y para nosotros como equipo… Alex terminará siendo el jugador que era en el Newcastle si lo logramos poner en forma. Eso llevará un poco de tiempo.»

La bomba Ekitike y el mensaje al vestuario

La decisión de alinear a un Isak tan falto de ritmo privó a Ekitike, en buena forma —había marcado con Francia el jueves anterior—, de la oportunidad que parecía merecer. El mensaje enviado es tóxico: el club parece dispuesto a priorizar el acondicionamiento de su fichaje estrella por delante de méritos recientes de compañeros.

El caso Joe Gomez y la gestión de los laterales

Con Conor Bradley y Jeremie Frimpong lesionados, todo apuntaba a que Joe Gomez cubriría el lateral derecho, lo que permitiría a Dominik Szoboszlai jugar en su puesto natural en el centro del campo. En cambio, el húngaro volvió a ser desplazado hacia una posición defensiva y Gomez permaneció toda la tarde en el banco.

  • El tiempo total de juego de Gomez en la Premier esta temporada sigue siendo de 43 minutos repartidos en cuatro partidos.
  • Slot señaló el viernes que Gomez solo había jugado 90 minutos en dos ocasiones en todo el año y advirtió del riesgo físico de someterlo a demasiadas exigencias: «Si queremos mantenerlo disponible por más tiempo, tal vez sea un riesgo jugarlo siete veces en 22 días.»

El problema es que Gomez casi no juega y no queda claro si se debe a limitaciones físicas o a una decisión técnica: Ibrahima Konaté, cada vez más propenso a errores, sigue acumulando minutos pese a fallos como el toque que regaló el córner del primer gol del Forest.

Debilidad en las jugadas a balón parado

El gol de Murillo en el minuto 33, en un tanto que pudo generar controversia por parecer similar a la acción anulada a Van Dijk en Manchester City dos semanas antes, volvió a dejar en evidencia la incapacidad del Liverpool para defender centros. El equipo ya ha encajado nueve goles de jugadas a balón parado esta temporada, igualando el total de toda la campaña 2024-25.

Estadísticamente Van Dijk sigue siendo dominante en el juego aéreo, y Konaté figura entre los jugadores con mayor promedio de cabezazos ganados por partido (3.5), junto a Dan Burn y Gabriel Magalhães. Aun así, los Rojos reaccionan con lentitud a desvíos y segundas jugadas, y los aficionados ya tiemblan cuando se concede un córner, un saque de falta o un lateral.

«No creo que haya nerviosismo antes de una jugada a balón parado [entre los jugadores]. Despejamos las anteriores [al gol de Murillo]. Creo que en general simplemente no fuimos buenos en términos de los duelos, los desafíos, la lucha por el segundo balón. Demasiado apresurados. Es una situación muy, muy difícil en este momento y tenemos que salir de esto», afirmó un visiblemente enfadado Van Dijk.

Problemas tácticos: los rivales tiran largo con éxito

Los equipos contrarios están empleando largos y directos con gran efectividad para sortear la presión inicial del Liverpool. Slot ha admitido abiertamente que aún no ha encontrado una forma consistente de contrarrestar ese recurso sencillo pero eficaz. Es urgente hallar soluciones; quien haya dudado de que la defensa del título ha terminado tras el Etihad, ya no tiene dudas.

La Champions como tabla de salvación

Con la liga doméstica en claro retroceso, la Liga de Campeones se presenta hoy como la gran vía de salvación de la campaña. En el ecuador de la fase de grupos, los Reds están razonablemente bien posicionados para avanzar directamente a los octavos, donde podrían tener un sorteo más favorable que la temporada pasada. Esa mejor perspectiva continental, junto al título logrado en su primer año, son las dos razones que mantienen a Slot relativamente seguro en su puesto pese al mal momento.

Personajes como Rio Ferdinand intentan presionar por la continuidad del técnico, comparando su situación con la de Ruben Amorim; sin embargo, la diferencia es clara: Slot llegó a Anfield y ganó la Premier en su primer año, mientras que Amorim registra un descenso marcado en el rendimiento del equipo que dirige.

Ambiente interno, luto y pérdida de intensidad

Slot está bajo presión. Tras invertir mucho dinero y disponer de recursos, su equipo rinde por debajo de lo esperado y los jugadores muestran una preocupante apatía. La manera en que Nico Williams superó a Alexis Mac Allister en la preparación del segundo gol del Forest simboliza cómo los Rojos están perdiendo duelos en todo el campo en las últimas semanas.

No puede obviarse el impacto humano: la revelación pública de Andy Robertson tras la clasificación de Escocia recordó que desde fuera no podemos calibrar cuánto ha afectado la muerte de Diogo Jota al vestuario. Van Dijk ya advirtió que sería una temporada difícil para un equipo en transición y en duelo.

Al mismo tiempo, el capitán llamó a la responsabilidad individual y colectiva: «Te miras a ti mismo primero y luego ayudas a los demás. Te ayudás unos a otros a salir de este lío porque en este momento es un lío – eso es un hecho.»

¿Punto de no retorno?

El fútbol es implacable y la responsabilidad recae sobre el entrenador. Si Slot no frena la caída y la clasificación para la próxima Champions peligra, su posición puede volverse insostenible. Por ahora no se ha llegado al punto de no retorno: circulan rumores sobre posibles reemplazos, pero aún queda tiempo para rescatar la temporada con una buena racha de resultados y actuaciones antes del cambio de año.

Unidad como condición indispensable

Lo que parece innegociable es la necesidad de unidad en todos los niveles. En Anfield, el sábado, ya se percibió que algunos hinchas empiezan a perder la fe. En el momento más delicado de la primera temporada de Slot en Liverpool, el lema del club —You’ll Never Walk Alone— está siendo puesto a prueba. La salida solo será colectiva: «Ayúdense unos a otros a salir de este lío».