La carrera por las «estrellas»: un fenómeno que se acelera

En el fútbol argentino pareció instalarse una premisa sencilla: sumar títulos a toda costa. No importa si esos trofeos llegan por méritos deportivos o por una resolución de escritorio. Torneos cada vez más cortos, mayor cantidad de competencias a lo largo del año y gestiones deportivas que se evalúan casi exclusivamente por la cantidad de “estrellas” en el escudo, conforman un panorama que preocupa a los puristas del juego.

Presión desde la tribuna y desde los escritorios

Los hinchas exigen éxito en la cancha y, también, influencia en los despachos: “peso en la AFA” y reclamos que llegan a mirar campeonatos o circunstancias de décadas pasadas. Eso empuja a dirigentes a buscar atajos administrativos que incrementen el palmarés sin alterar demasiado la temporada deportiva.

Cómo se fueron multiplicando los incentivos

  • El ganador de la tabla anual obtuvo en su momento un premio concreto: plaza directa a la fase de grupos de la Copa Libertadores, un privilegio codiciado.
  • Desde 2022 existe además una Supercopa internacional pensada para que Racing pudiera enfrentar a Boca en Abu Dhabi; ese partido añadió otra estrella al historial del vencedor.
  • La conquista de esa clase de finales permitió, además, disputar una Recopa de Campeones y sumar reconocimiento internacional.

El caso Rosario Central: título por escritorio y el revuelo

En ese marco llegó la decisión que encendió críticas: la AFA resolvió adjudicar a Rosario Central un trofeo y un título oficial por una instancia ya jugada y definida. Para numerosos actores del fútbol, fue un “golpe de escritorio”: otorgar un campeonato una vez finalizado el torneo va contra el principio elemental de no modificar reglas con la competencia en curso —o peor, concluida—.

Silencios en la LPF y liderazgo sin objeciones

El episodio dejó en evidencia además la pasividad del Comité de la Liga Profesional. No hubo dirigentes que alcen la voz o presenten objeciones en forma pública frente a figuras como Claudio Tapia y Pablo Toviggino; los disensos parecen relegados a conversaciones off o a mensajes en redes. Ese conformismo —o esa prudente lealtad— alimenta la sensación de un status quo que no se cuestiona.

Reacciones y efectos colaterales

La indignación se extendió por el ambiente futbolístico: cambiar las reglas después de jugado un campeonato erosiona la credibilidad de las instituciones. Aunque los méritos deportivos de Rosario Central sean indiscutibles, la naturaleza de este título está puesta en tela de juicio.

Daños a la imagen y ejemplos personales

Uno de los efectos no buscados es el impacto sobre figuras de alto perfil que merecen reconocimiento por su trayectoria. Un ejemplo destacado es Ángel “Fideo” Di María, ovacionado con justicia en todos los estadios: no parece la mejor forma de preservar su imagen que su nombre quede asociado a decisiones polémicas de este tipo.

Conclusión

El fútbol argentino vive una realidad donde la búsqueda de estrellas a cualquier precio plantea dilemas éticos y deportivos. Más títulos no siempre significan más prestigio si se obtienen por vías administrativas. La discusión supera a un club o a una resolución puntual: interpela a dirigentes, clubes y a la propia AFA sobre cómo queremos que se juegue —y se recuerde— nuestro fútbol.