River y la crisis de gol: una sequía que empieza a pesar
River acumula 382 minutos sin convertir y llega al clásico contra Racing con la posibilidad real de ingresar al podio de las peores rachas de este siglo. Lo que en abril —tras el 0-0 en el Monumental frente a Barcelona de Ecuador, el 8 de abril— parecía un problema corregible, hoy se transformó en un asunto alarmante para Marcelo Gallardo y su plantel.
Decisiones y contundencia
“La falta de contundencia se mejora tomando mejores decisiones, nada más…”, dijo el entrenador en su momento, enfocando la cuestión en el control y la generación de situaciones. Sin embargo, los números expuestos en las semanas recientes muestran que generar no alcanza si no viene acompañado por eficacia en el área rival.
El contraste entre posesión y falta de tino
- River es el segundo equipo con mayor promedio de posesión en el torneo: 60.9% (y 64.6% cuando empata o va perdiendo).
- Pese a esa tenencia, el equipo también es el segundo con más remates totales en el Clausura: 210 intentos.
- De 124 secuencias de 10 o más pases que consiguió River en el torneo, ninguna terminó en gol.
- Además, el club figura entre los cinco de Primera con menos ataques directos.
Estos datos explican la contradicción: dominio territorial y volumen de juego, pero poca efectividad en el último tramo del campo. El culto a la tenencia no da frutos si no se acompaña con un «punch» final.
Quiénes convierten —y quiénes no
- Sebastián Driussi sigue siendo el goleador del equipo en el año con 10 tantos, a pesar de lesiones y un rendimiento por debajo de su mejor versión.
- Facundo Colidio lo sigue con 9 goles, aunque no convierte desde julio, cuando marcó ante Instituto.
- Entre los goleadores aparecen nombres que no son siempre titulares: Agustín Galoppo (5) y Lencina (3), lo que expone la irregularidad del repertorio ofensivo.
Posibles récords negativos y antecedentes históricos
Si River no logra vulnerar el arco de Racing antes del minuto 21, la sequía superará los 402 minutos registrados en 2018 —la peor racha de ineficacia entre ambos ciclos de Gallardo—, una serie que se interrumpió casualmente con un gol de Lucas Pratto a Racing en Copa Libertadores.
Y la estadística no se queda ahí: de no convertir en el Cilindro, la racha podría estirarse hasta los 472 minutos (sin contar un eventual alargue), con lo que quedaría por encima de los 459′ de 2013 y los 405′ de 2005, muy cerca de los 477′ registrados en 2007 y acechando el récord negativo de las últimas dos décadas, los 530′ de 2010.
Marcadores clave y el último festejo
Curiosamente, en Núñez parece haberse olvidado la sensación de celebrar un gol: la última vez que la red de 7,32 metros se sacudió por un disparo riverplatense fue el 18 de octubre, cuando Maxi Meza convirtió el 2-0 en el Kempes ante Talleres. Desde entonces pasaron partidos frente a Independiente Rivadavia, Gimnasia, Boca y Vélez, sin recompensa ofensiva.
La incógnita de las eliminaciones
La fragilidad ofensiva se acentúa en partidos definitorios: en lo que va del 2025, River solo pudo convertir más de un gol en eliminatorias frente a Ciudad de Bolívar y San Martín (T) por la Copa Argentina. Ese déficit de gol proyecta un equipo que, aunque maneja la pelota, perdió la puntería justo cuando los mata-mata se acercan.
El desafío para Gallardo y sus dirigidos es claro: conservar la posesión, sí; pero transformar el dominio en goles. Si no, la racha seguirá agrandándose y la presión encima del equipo será cada vez mayor.