Noruega se presenta como gran amenaza para el Mundial 2026
La razón principal es innegable: Erling Haaland. La selección noruega cerró el Grupo I con ocho triunfos en ocho partidos y 37 goles a favor; Haaland anotó 16 de esos tantos, igualando el registro de una sola fase de clasificación que ostentaba Robert Lewandowski. El atacante del Manchester City suma ya 32 goles entre club y selección en esta temporada, y su doblete ante Italia elevó su palmarés internacional a 55 goles en apenas 48 partidos, 22 más que cualquier otro jugador noruego en la historia.
Haaland llega al Mundial como un depredador en plena forma: ha marcado en nueve encuentros consecutivos con la selección y en ocho de sus últimas nueve apariciones en la Premier League. El periodista noruego Lars Sivertsen lo definió como el “mejor jugador de la historia” de Noruega, superando a figuras como Ole Gunnar Solskjær, John Arne Riise y Tore André Flo —una afirmación que, vista su estadística, resulta difícil de discutir. Con apenas 25 años, Haaland todavía no tocó techo: rápido, potente, hábil y letal, representa una amenaza única en un torneo que no contará con un delantero de su calibre.
Un ataque con alternativas
Haaland no está solo. Alexander Sørloth, ahora en el Atlético de Madrid, ha sido un delantero de enlace perfecto, mientras que Strømmen Strand Larsen, del Wolverhampton, se ha consolidado como un recambio capaz de cambiar partidos. Como quedó claro ante Italia, la Noruega de Solbakken tiene recursos ofensivos de sobra para plantar cara a cualquier rival.
La ausencia y la esperanza: Martin Ødegaard
Sorprendentemente, Noruega aseguró su plaza mundialista sin contar con su mediocampista creador y capitán, Martin Ødegaard. El futbolista del Arsenal se perdió los últimos tres partidos de la clasificación por una lesión en la rodilla y, según Solbakken, todavía está “a cierta distancia” de volver al campo. El tiempo juega a favor de los noruegos: Ødegaard es la pieza que puede desbloquear partidos cerrados, como lo demostró con las tres asistencias en la victoria 4-2 sobre Israel en marzo.
El número 10 noruego terminó la fase de clasificación con siete asistencias, más que cualquier otro jugador en Europa. A sus 26 años, es un talento de escenario mayor: liderazgo y calidad técnica. Su influencia no se limita al césped —participó activamente en las celebraciones del equipo pese a su lesión— y eso fue destacado por el propio entrenador: “Estuvo allí antes, durante y después”, dijo Solbakken tras el triunfo frente a Estonia. Morten Thorsby sumó: “Martin es nuestro capitán. Nos da seguridad y fuerza. Queríamos que estuviera con nosotros. Aunque no pudo ayudarnos en el campo, lo hizo fuera de él.”
El esperado regreso
El regreso de Ødegaard, si llega en plenitud, puede catapultar a Noruega a una campaña profunda en el Mundial. Su visión y capacidad para generar juego complementan de manera ideal el poderío finalizador de Haaland.
Generación joven y talentosa
Con una edad promedio de 25,8 años, Noruega presenta una de las plantillas más jóvenes y prometedoras del panorama internacional. Más allá de Haaland y Ødegaard, surgen perfiles que pueden marcar la diferencia en 2026.
- Nusa (RB Leipzig): extremo izquierdo de 20 años, 16 participaciones en goles en 20 partidos con Noruega desde su debut en 2023. Velocidad y desborde lo convierten en un dolor de cabeza para las defensas contrarias, aunque aún debe mejorar decisiones en momentos claves.
- Oscar Bobb (Manchester City): 22 años, tiende a moverse hacia el centro para conectar el juego. Menos desequilibrio individual y más inteligencia táctica, brinda pases precisos y visión para complementar a Nusa.
- Andreas Schjelderup: exprodigio del Nordsjælland y ahora en el Benfica, 21 años. Pese a altibajos en su club y algunas controversias extradeportivas, mantiene la versatilidad para actuar como extremo o mediapunta, sumando alternativas en el ataque.
La Premier League como escuela
La experiencia de muchos noruegos en la Premier League ha elevado la competitividad del grupo. Además de Haaland y Ødegaard, Solbakken ha podido contar con hombres curtidos en la liga inglesa: Strømmen Strand Larsen, Bobb, Sander Berge (Fulham), Kristoffer Ajer (Brentford) y David Møller Wolfe (Wolves), entre otros, lo que aporta profundidad y ritmo a la plantilla.
Hay un líder menos rimbombante pero fundamental: Sander Berge fue, quizá, el jugador más consistente durante la fase de clasificación. Su capacidad para cortar líneas y distribuir la pelota dio equilibrio al equipo, y en ausencia de Ødegaard asumió responsabilidades como motor del mediocampo. “Ha dado un gran paso adelante en Fulham. Hemos podido diseñar un rol en la selección que realmente se adapta a sus fortalezas”, explicó Solbakken.
Como mediocampista número 8, Berge marca el compás junto a Ødegaard y Patrick Berg (Bodø/Glimt), entregando el equilibrio entre presencia física y creatividad que demanda el esquema noruego. Su recorrido por clubes como Sheffield United y Burnley sirven de experiencia para un jugador que hoy rinde a plena capacidad.
Solidez defensiva
La defensa ha respondido con solvencia. Kristoffer Ajer y Torbjørn Heggem (Bologna) han desarrollado una conexión sólida en el centro de la zaga: contundencia aérea y capacidad para salir jugando. David Møller Wolfe y Julian Ryerson (Borussia Dortmund) aportan energía desde los laterales, complementando la retaguardia.
En la portería, Ørjan Nyland (Sevilla) fue un pilar: apenas cinco goles encajados en ocho partidos de clasificación y una presencia dominante en el área que se entiende mejor sabiendo sus 1,95 metros. Con una línea defensiva compacta y un bloque tácticamente afinado, Noruega mostró pocas debilidades.
Un estilo definido
Solbakken reordenó la defensa: pasó de un sistema hombre a hombre a una zona que maximiza las intercepciones y facilita salidas rápidas al contraataque. El equipo mantiene mejor la posesión y sabe invitar la presión rival para jugar a través de ella, explotando velocidad y potencia en ofensiva. “Somos una combinación de fuerza física y técnica”, declaró el entrenador tras la victoria ante Italia.
Reconocimientos y proyección
El técnico israelí Ran Ben‑Shimon elogió a Noruega después de la goleada 5-0 frente a su selección en octubre: “Creo que Noruega es uno de los dos mejores equipos de Europa, junto con España. Esperaba mucho, pero aun así me sorprendieron”. Solbakken restó algo de entusiasmo: calificó esas palabras como “un poco exageradas”, aunque los resultados sostienen la ambición noruega.
Inglaterra, Francia, Portugal y Croacia también consiguieron su pasaje al Mundial, pero ninguno impresionó tanto como Noruega en la fase de clasificación. España, vigente campeona de la Eurocopa, sigue siendo favorita en el continente; aun así, Noruega presenta argumentos para considerarla la segunda fuerza europea en estos momentos.
El verdadero examen en Norteamérica
El desafío real llegará en Estados Unidos, Canadá y México, con presiones y condiciones distintas a Europa. Si Noruega supera la fase de grupos, su combinación de juventud, experiencia en ligas top y talento ofensivo la convertirá en un rival que muchos querrán evitar en las eliminatorias. Y en ese escenario, Haaland, por derecho propio, podrá empezar a soñar con dejar una huella indeleble en otro gran torneo mundialista.
Solbakken ha cimentado un grupo directo, sin artificios: equipo compacto, ideas claras y jugadores dispuestos a asumir riesgos. Esa coherencia es la base de una Noruega que ya no se conforma con llegar; ahora quiere imponer su ley.