El plan del Chelsea: explotar la espalda de la defensa blaugrana
Las declaraciones del vestuario del Chelsea tras la victoria ante el Barcelona remitían todas a lo mismo: hubo un plan claro para generar peligro y, a la vez, protegerse de la amenaza ofensiva azulgrana. El esquema diseñado por Enzo Maresca buscó aprovechar la línea defensiva alta del rival y el resultado terminó confirmando esa lectura.
Las palabras de los protagonistas
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Liam Delap, autor del tercer gol, fue rotundo: «Teníamos el plan de partido claro, sabíamos que juegan con la línea muy alta y tienen buenos jugadores en ataque».
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Enzo Fernández repitió la idea del entrenador: «Juegan con la línea muy alta, para mi gusto. Los espacios estaban a la espalda. Pudimos encontrar muchas veces a nuestro delantero al espacio. Ese era el plan que preparó Enzo [Maresca]».
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Enzo Maresca explicó la lógica táctica: «El Barça se siente cómodo con el balón, pero sufre sin él. Intentamos robarle la pelota. Necesitamos equilibrio con y sin balón. Con once contra once mi sensación ya era muy buena».
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Marc Cucurella, encargado de vigilar a Lamine, resumió su valoración: «El plan de partido estaba claro, lo hemos hecho muy bien».
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Roberto Martínez, comentando el encuentro para la televisión inglesa, sintetizó el efecto de la estrategia: «Si detienes a Lamine, frenas un 90% del Barça».
Decisiones tácticas y roles en el campo
El once elegido por Maresca fue coherente con la idea: prescindió de un delantero referencia desde el arranque y optó por reconvertir a Pedro Neto en punta. Neto, con un tren inferior potente y acostumbrado a jugar por las dos bandas, asumió una función distinta para generar movilidad y ocupar los espacios a la espalda de la defensa rival.
Enzo Fernández, además, apareció por delante de Caicedo y Reece James en la disposición inicial, pero su influencia se movió por todas las alturas del campo, combinando presión y salida rápida cuando se recuperaba la pelota.
Cómo limitaron a Lamine
Cucurella detalló la receta para frenar al joven extremo: «Lamine es zurdo. Si le invitaba a ir hacia dentro, tenía coberturas. Si le dejaba ir por fuera, tenía que usar la derecha. Intenté ponerle las cosas difíciles y el resultado fue positivo».
Conclusión
La suma de preparación táctica, ajustes en los roles y lectura del rival permitió al Chelsea maniatar las virtudes del Barcelona y, al mismo tiempo, encontrar los huecos que terminaron decantando el resultado. Fue, en definitiva, una noche en la que el plan se impuso al brillo del adversario.