Flick bajo la lupa: la línea alta del Barcelona entre aplausos y alarmas
El Barcelona sigue siendo un imán para las audiencias televisivas: partidos con gol, riesgo constante y, cuando funciona, un fútbol de gran belleza. Desde que Hansi Flick reemplazó a Xavi en el verano de 2024 no han firmado ni un solo 0-0. Pero esa filosofía ofensiva y agresiva, basada en una defensa adelantada y presión alta, empieza a mostrar fisuras que preocupan tanto a especialistas europeos como a observadores en nuestro continente.
El choque en Brujas: espectáculo con final inquietante
El último ejemplo fue la visita al Club Brujas. El Barcelona produjo un juego de pases encantador, sumó 23 disparos y tres goles —entre ellos un tanto brillante de Lamine Yamal—, pero tuvo que remar desde atrás en tres ocasiones para rescatar un empate 3-3. A pesar de limitar la posesión local al 23.7%, los belgas igualaron al Barça en disparos a puerta (seis) y generaron más ocasiones claras (cinco). Tres de ellas terminaron en gol tras desmarques detrás de la línea defensiva blaugrana: primero con una asistencia de Carlos Forbs a Nicolo Tresoldi, y luego con dos tantos del propio Forbs.
La lectura técnica fue inmediata: Thierry Henry, en CBS Sports, fue tajante: «No puedes jugar en la Liga de Campeones con esa línea tan alta… Cuando los oponentes atacan por las bandas, la defensa se derrumba. El fútbol no se trata solo de presionar. También tienes que saber cómo proteger tu gol».
¿Por qué se sostiene la apuesta de Flick?
La defensa adelantada no nació de la nada: fue clave en la temporada anterior. Sergio Dominguez, exdefensor del Barça, contó a SPORT cómo la idea impactó al principio pero terminó dando frutos en la práctica: «Cuando el extremo tiene el balón, el lateral tiene que presionar fuerte y los centrales tienen que avanzar con el lateral… Cuando pillas al rival en fuera de juego nueve veces, todos siguieron la idea porque dio resultados».
Los resultados hablan: el Barça venció al Real Madrid en cuatro ocasiones en su camino hacia un triplete nacional y firmó una exhibición memorable en el primer Clásico 2025-26, un 4-0 en el Bernabéu donde Kylian Mbappé fue señalado en fuera de juego en numerosas ocasiones.
Los rivales ya saben cómo atacarlo
Pese al éxito pasado, los adversarios han estudiado la fórmula y han encontrado soluciones. El Rayo Vallecano, en un 1-1 en Madrid, colocó deliberadamente a su delantero en posición adelantada para neutralizar la trampa del fuera de juego; otras veces la respuesta es más simple: explotar el espacio detrás de los laterales del Barça con pases en profundidad para extremos veloces.
- Sergi Darder a ESPN: «Si el Barca juega con esa línea, hay una razón… es difícil [de romper]».
- Ruud Gullit en beIN Sports: «¡Todos los goles [concedidos] son idénticos!… creo que después de un tiempo, también los jugadores mismos están preocupados de que sea una táctica kamikaze».
Problemas concretos en la zaga
Al margen del diseño táctico, hay pérdidas objetivas de recursos. Iñigo Martínez dejó el club rumbo al Al-Nassr y, según el propio Flick, era «un jugador clave» y «un líder absoluto» que marcaba los momentos de salida para la defensa. Además, hay quienes no rinden al nivel esperado: Jules Koundé recibió críticas recientes que llevaron a Didier Deschamps a salir en su defensa. «Barca juega con una línea muy alta, independientemente del momento en el partido. Eso deja a los defensores en situaciones imposibles», afirmó el seleccionador francés.
¿Fallo de sincronía o defecto de diseño?
Flick insiste en que no abandona la idea: la presión debe funcionar en bloque y cualquier «desconexión» entre líneas la hace colapsar. El técnico recordó que cambiar el ADN del club no es opción: «Somos el Barça, y jugamos con nuestro ADN… No cambiaré nuestro estilo por miedo a perder».
Sin embargo, las cifras preocupan: el equipo encajó siete goles en la semifinal de la Champions contra el Inter la temporada pasada y todavía no ha mantenido la portería a cero en la presente campaña. Con solo siete puntos en cuatro jornadas de la fase de grupos, una derrota en Stamford Bridge podría complicar mucho el pase a octavos.
Quiénes lo critican y quiénes lo defienden
- Thierry Henry: critica la exposición del portero y de los defensores.
- Ruud Gullit: califica la táctica de «suicida» ante equipos inteligentes.
- Gerard López: reclama autocrítica y ajuste en la manera de defender.
- Sergio Dominguez: ve la evolución como natural y confía en que corrigiendo detalles volverá a funcionar.
El dilema final
La postura de Flick es inamovible: mantener el estilo y pulir errores. Sus defensores recuerdan éxitos pasados —la Champions 2020 con el mismo enfoque en Bayern— y los detractores alertan sobre el coste en partidos grandes. Para los aficionados —en Barcelona, en Buenos Aires o en cualquier platea futbolera— el debate sigue abierto: ¿es una valentía táctica inspiradora o una apuesta peligrosa que debe moderarse antes de que cobre factura en los partidos decisivos?
Mientras tanto, el espectáculo continúa y, como siempre en el fútbol europeo de elite, los partidos del Barça siguen siendo un imán para la audiencia: riesgo, goles y discusión táctica. Y en la sede del club saben que tendrán que jugar a otro nivel si quieren justificar —otra vez— esa osadía.