Triunfo sobre la hora en el Metropolitano: Atlético 2-1 al Inter

El Atlético de Madrid venció al Inter de Milán por 2-1 en un partido que se decidió en la última jugada, gracias a un cabezazo salvador de José María Giménez tras un córner. Fue una tarde de altibajos: tempranerazo de Julián Álvarez, dominio italiano durante buena parte del encuentro y la reacción rojiblanca cuando parecía ya demasiado tarde.

Primeros minutos y gol de Álvarez

El choque comenzó con el Inter presionando y creando peligro por la banda izquierda a través de Di Marco, que ya había dejado huella en su anterior visita al Metropolitano. En la primera acción notable, una falta al borde del área quedó en apenas un susto gracias a la estirada de Juan Musso.

Pese a la superioridad inicial del equipo lombardo, llegó el tanto rojiblanco mediando un cúmulo de rebotes: Nahuel Molina perdió y recuperó, Giuliano arrancó por la derecha y puso el balón al corazón del área; un desvío de Bastoni y una intervención de Carlos Augusto dejaron la pelota cerca de Álex Baena, que la peinó para que Julián Álvarez, a bocajarro, la empujara. Al principio el árbitro François Letexier anuló la acción por un supuesto contacto de brazo, pero tras la comprobación por VAR concedió el gol. Fue el décimo tanto de la «Araña» con la rojiblanca en apenas 14 partidos.

El Atlético se repliega y el Inter aprieta

Con el marcador a favor, el Atlético dió un paso atrás que el Inter aprovechó para dominar. Çalhanoglu lo intentó desde fuera del área y Bisseck probó con un disparo directo a las manos de Musso. La sensación fue llamativa: un Atlético menos vertical de lo habitual, más posicional, como si hubiera optado por bajar el ritmo y controlar el partido en vez de imponer su carácter habitual en el Metropolitano.

Antes del descanso se pidieron dos penaltis por parte de Giuliano en acciones distintas: el primero por un leve contacto de Bastoni, el segundo por un agarrón al ganar la posición. Letexier no señaló nada en ambos casos. Ya cerca del 42′, una pérdida de Giuliano terminó en una combinación interista con Barella y Bisseck, y Di Marco estuvo a punto de clavarla en la escuadra.

Empuje inicial del segundo tiempo y empate visitante

La segunda mitad se inició con un guion similar: un Inter proactivo y un Atlético que no encontraba ritmo. En los primeros instantes, una jugada de fantasía de Bastoni —un pase largo a la espalda de la defensa que Barella bajó con la punta como Bergkamp— terminó con un intento de vaselina que pegó en el palo. Minutos después, un pase filtrado de Lautaro a Di Marco acabó con un disparo al cuerpo de Musso en una gran intervención.

La insistencia italiana tuvo premio: tras una triangulación en la frontal, Piotr Zielinski se plantó en mano a mano y superó a Musso para establecer el 1-1. Simeone movió el banquillo introduciendo a Pubill, Nico González y Koke por Molina, Gallagher y Johnny Cardoso en busca de aire ofensivo.

La reacción rojiblanca y los cambios decisivos

Tras el empate el Atlético por fin mostró la versión que requiere el momento: mordiente, intención ofensiva y centros al área. Giuliano y Álex Baena rozaron el 2-1 con dos disparos consecutivos y Simeone agotó cambios con Sorloth y Griezmann para dar soluciones arriba. En cuestión de diez minutos, el equipo colchonero remató más que en todo lo anterior y cercó al rival.

  • Gol inicial: Julián Álvarez (tras revisión VAR).
  • Empate: Piotr Zielinski tras triangulación interista.
  • Decisión final: cabezazo de José María Giménez en el tiempo añadido tras un córner.
  • Árbitro: François Letexier; VAR intervino para validar el primer gol.

La locura final: Giménez al rescate

Cuando todo apuntaba a un reparto de puntos, el Metropolitano explotó en el descuento. En la última jugada, un córner rojiblanco encontró a Giménez, que se elevó por encima de todos y cabeceó hacia la red. El 2-1 desató la euforia local y dio al Atlético tres puntos que saben a mucho de cara a la fase de eliminación directa.

Lección para Simeone: dejar dos tercios de partido en manos de rivales de este calibre puede costar caro. Pero también queda la evidencia de carácter del equipo: cuando apretó, apareció el Atlético que exige este tipo de competiciones. Y para Julián Álvarez, otra noche más, y ya van diez goles con la rojiblanca en 14 partidos.