Pese a que el mundo aún enfrenta la pandemia en su segunda y tercera ola, las actividades que atentan contra los bosques no se detienen. La deforestación en la Amazonía persiste y marca cifras récord en Brasil y en el caso de Bolivia, activistas y defensores demandan mayor atención y cumplimiento de normas de protección.
Por Agencia Fides *
Reportes recientes del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe) detallan que la deforestación en la región amazónica se disparó en un 67% en mayo respecto al mismo mes del 2020.  Gran parte de las actividades que encaminaron esta deforestación son la ganadería, tráfico de madera, minería, monocultivos, entre otros.
De acuerdo a un informe de medios internacionales, en la actualidad la región de la Amazonía se encuentra en época seca y eso la hace más proclive a sufrir este tipo de actividades.
“La estación seca en el Amazonas facilita las condiciones para que la  industria maderera y ganadera talen los árboles de la selva, para comercializar la madera y liberar nuevos terrenos con el fin de explotarlos como pastos para el ganado y tierras de cultivo. La producción de cereales y la ganadería son históricamente señalados como los principales responsables de la deforestación”, detalla la agencia Reuters.
A la par, la producción de soya también es la que genera este tipo de desmontes. Según un estudio publicado en la revista Nature, el 9 % de los bosques destruidos en el continente fueron convertidos en plantaciones de soja desde el 2000, y donde más rápido sucede esta expansión es en la Amazonía.
En los primeros cinco meses de este 2021, los datos muestran que la deforestación en el Amazonas brasileño aumentó un 25% en comparación con el 2020, lo que equivale a 2,548 kilómetros cuadrados destruidos.
El panorama no es diferente en Bolivia, ya que instituciones, colectivos  y dirigentes de pueblos indígenas denunciaron que pese a la pandemia, la deforestación persiste en la Amazonía y también se incrementa el riesgo de atravesar por incendios similares a los de 2019 y 2020.
“Solo en 2019 y 2020 hemos perdido alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques y pastizales que corresponden a la cuenca amazónica. Y más de 5 millones de vidas que han sido calcinadas, sin contar microorganismos”, dijo hoy el líder indígena y representante de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap), Álex Villca.
Durante la conferencia internacional “Derecho a proteger el medio ambiente”, Villca recalcó que son los pueblos indígenas que sienten de manera directa los impactos de incendios y deforestación en la Amazonía para diferentes actividades, por lo que urge “lograr una articulación entre las instituciones y líderes en resistencia”.
Por su parte la lideresa indígena Ruth Alipaz de la Contiocap, también demandó el respeto y protección del medio ambiente y los pueblos indígenas.
“Fueron 15 años de lucha, de estar defendiendo los derechos de la naturaleza y enfrentándonos a que mientras se exportaba una imagen blindada como país defensor de la Madre Tierra y de pueblos indígenas, a nivel nacional se vulneraron los derechos de los mismos”, dijo la activista.

* Fuente: Agencia de Noticias Fides (ANF) – Bolivia

Foto portada: DW

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *