Tania Ávila, Auditora en el Sínodo de la Amazonía que tuvo lugar en Roma entre el 6 y el 27 de octubre del año 2019, hace una reflexión y una invitación a soñar todos juntos y construir a partir de la escucha y el diálogo, en un tiempo que considera de colaboración, corresponsabilidad e interaprendizaje.

“Uno de los recuerdos más valiosos que tengo es la capacidad que tenemos los seres humanos de escucharnos dentro de toda la diversidad de pueblos que somos. Y otro recuerdo muy valioso es la capacidad de combinar el silencio y la palabra en el aula sinodal. Y como ha tenido impacto y fuerza la presencia de los pueblos indígenas, dentro en el aula sinodal, pero también en la casa común. Esta constante interacción entre lo que pasa adentro y lo que pasa afuera, la escucha atenta a distintos niveles es lo que guardo con mucho cariño, pero también como un testimonio de vida para mantenerme siempre en escucha atenta”, destaca Tania a un año del Sínodo.

Aprendiendo a dialogar

Entre los avances que se tienen en este año, Tania destaca el diálogo como principal elemento que da paso a concretar propuestas ante los riesgos que vive la Amazonía, “uno de los avances más fuertes es el haber ampliado la mirada, a que no hay solo un lenguaje que sustente el diálogo sino que se ha aprendido a escuchar, no solamente con los oídos, sino también con la vista, con el corazón, con el cuerpo a los otros lenguajes que utilizan los pueblos indígenas. Hay mucha atención al canto, al lenguaje simbólico y últimamente una atención al arte, no sólo como un medio de comunicación, sino como un compartir situaciones concretas, buscar unas propuestas también ante los riesgos que se viven y ese es un avance”, señala.

“Otro avance que yo veo es que, tanto Querida Amazonía, como Fratelli Tutti, retoman la importancia del diálogo social, del diálogo entre personas diversas, entre pueblos diversos y también entre religiones diversas. Lo veo muy importante porque ya está como sobre la mesa, hay mucha práctica y crece la voluntad de una búsqueda de diálogo, de hacer el diálogo realidad, pasarlo de la palabra, a pasar de un texto a vivirlo en distintos espacios”, afirma Tania.

Fratelli Tutti, es una invitación a sentirnos interconectado.

Tania considera que la Encíclica Fratelli Tutti es una continuidad a todo el proceso que nos invita Laudato Si, Querida Amazonia y los otros documentos que se van produciendo en este tiempo, “produciendo no como un hecho aislado totalmente intelectual, sino que parten de la experiencia de la escucha y del diálogo”, asegura a tiempo de remarcar esta invitación a sentirnos interconectados: “nos hemos dado cuenta con el tiempo de pandemia de que solos no podemos salvarnos y es necesario, y es urgente que podamos unir los diversos conocimientos para salir de esta situación, pero no para un salir y volver a la misma rutina. Creo que es un tiempo y es una llamada, una invitación a sentirnos interconectados, a sentirnos hermanas y hermanos con el conjunto de la vida, no podemos hablar de que el ser humano va a sanar si no logramos también sanar la tierra. Y es una propuesta desafiante, no creo que se vaya a hacer realidad de la noche a la mañana, porque llevamos mucho tiempo en un contexto de competencia, en un sistema de competencia y Fratelli Tutti al igual que Querida Amazonía y Laudato Si, nos invitan a un tiempo de colaboración y corresponsabilidad, de interaprendizaje”.

Desaprendiendo a competir y aprendiendo a vivir en colaboración.

Acerca de lo reflexionado durante el Sínodo y la aplicación de los documentos que han surgido a partir de este espacio de diálogo, Avila da pautas que pueden ayudar a concretar los procesos. Considera además que la cuarentena que se dio como medida de seguridad en distintos países a causa de la pandemia de COVID 19, “nos ha hecho sensibles a la interdependencia”.

Tania comparte que, tanto el Documento final del Sínodo como Querida Amazonía, son una invitación a una conversión integral y a la realización de un sueño común: “Si bien la invitación es a una conversión de relaciones, por lo tanto es una conversión integral, que el Papa lo plantee como sueños, también nos ayuda a ver que es como una integralidad mayor que implica la acción, pero también una acción que une en cuanto a búsquedas comunes, porque un sueño para hacerse realidad tiene que ser un sueño compartido y creo que estamos justo en esa etapa de compartir los sueños y de afianzarnos en la necesidad de una conversión integral”, subraya.

“En este tiempo veo que la Iglesia como institución y también como pueblo de Dios asume su rol de aliada”, manifiesta Avila destacando la respuesta de la Iglesia en situaciones de vulnerabilidad que ha generado la pandemia, cuidando la vida y acompañando a los enfermos y a quienes sufren, “estamos asumiendo de que somos pueblo de Dios que caminan juntos, juntas, que nos escuchamos y que aprendemos a convivir”, recalca.

Como clave de este aprender a convivir Tania afirma: “creo que la clave es que estamos aprendiendo a convivir, por lo tanto desaprendiendo a competir y reaprendiendo a vivir en colaboración está siendo fuerte”.

 Soñemos juntos

Tania revela que su sueño es aportar en la conversión de las relaciones y extiende la invitación a revisar los documentos, apropiarse y hacerlos vida: “El sueño de Tania creo que es aportar a que podamos realmente convertir nuestras relaciones, para que sean de co-cuidado, de colaboración y de presencia constante. Sabernos que no estamos solos y tener la confianza para pedir ayuda, para tener presencia de la otra persona, y también tener la libertad para cuidar la naturaleza y de dejarnos cuidar por ella.

Yo creo que es necesario que como personas que somos parte de la Iglesia, todos los bautizados, hagamos el trabajo de revisar los documentos, de leerlos, de interpretarlos y de ponerlo en nuestra vida cotidiana, siempre con la mente abierta, con el corazón dispuesto, pero sobre todo con la voluntad de hacerlo realidad, tener las manos abiertas y construir algo diferente, porque hay muchos aportes, hay mucha avances, pero no los hemos revisado, no los hemos trabajado, no los hemos compartido”, “quizás no lo hemos soñado juntos y veo urgente apropiarnos de estos documentos y hacerlos vida”.

 

Fuente: Micaela Díaz (Amazonizar Bolivia)

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