
Informe del CIMI muestra un aumento alarmante de la violencia contra pueblos indígenas durante el primer año del gobierno de Bolsonaro. El Informe destaca que, en 2019 hubo un aumento de casos en 16 de las 19 categorías de violencia sistematizadas por la publicación.
Por Cimi *
El Informe Violencia contra los Pueblos Indígenas de Brasil – datos de 2019, publicado anualmente por el Conselho Indigenista Missionário (Cimi), confirma la imagen de una realidad extremamente perversa y preocupante para los pueblos indígenas de Brasil durante el primer año de gobierno de Jair Bolsonaro en la Presidencia del país. La intensificación de las expropiaciones de tierras indígenas a través de la invasión, de la ocupación ilegal por parte de extraños a la comunidad y del loteamiento se consolida de forma acelerada y agresiva en todo el territorio nacional, causando una destrucción incalculable.

Además de concretar y garantizar el reconocimiento de un derecho originário, se ha demostrado que las tierras indígenas son las áreas que más protegen las florestas y sus ricos ecosistemas. A lo largo de la Historia, la presencia de los pueblos dentro de sus territorios ha servido como verdadera barrera al avance de la deforestación y de los otros procesos de expropiación. A pesar de esto, los datos de 2019 muestran que los pueblos y sus territorios tradicionales están siendo, explícitamente, usurpados.
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La “explosión” de incendios criminales que devastaron los ambientes de la Amazonía y el Cerrado en 2019, y que tuvieron amplia repercusión internacional, deben ser comprendidos en esta perspectiva más amplia de despojo de los territorios indígenas. Muchas veces, los incendios son parte de un esquema criminal de ocupación ilegal, en el que la “limpieza” de amplias áreas de floresta es realizada para permitir la instalación de grandes emprendimientos agrícolas, por ejemplo. De una forma resumida se puede describir esta cadena de la siguiente forma: los invasores deforestan, venden la madera, prenden fuego en el resto de la vegetación, inician el plantío de pastos para el ganado, cercan el área y, finalmente, con el terreno “limpio”, sueltan el ganado y, posteriormente, plantan granos como la soya o el maíz.
Infelizmente, la violencia practicada contra los pueblos indígenas encuentra su fundamento en un proyecto de gobierno que pretende poner las tierras indígenas y sus bienes naturales a disposición de empresarios de la agroindustria, la minería o las madereras, entre otros.
El Informe destaca que, en 2019 hubo un aumento de casos en 16 de las 19 categorías de violencia sistematizadas por la publicación. Llama la atención especialmente el aumento de referencias en la categoría “invasiones posesorias, explotación ilegal de recursos y daños al patrimonio” que, de 109 casos registrados en 2018 saltó para 256 casos en 2019.
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Fuente: Conselho Indigenista Missionário (Cimi)
No hay derecho a que se permita esta barbarie y quede impune el gobierno. Son culpables de esta desgracia y ciegos de egoismo. Impotencia es lo que sentimos cuando sabemos que hay gente entregada y luchando por la vida y derechos del Pueblo Indigena y otros pisoteandolos.
Ojala esta situación cambie, rezo por ellos, su gente y su cultura.