
En un contexto de marginación, desprecio por la vida de los indígenas y de explotación inmisericorde de los recursos naturales, las y los mártires panamazónicos anunciaban a un Dios fraterno, promovían la justicia y buscaban una vida en plenitud para estos pueblos.
Para quienes construimos la REPAM la voz de los profetas está resonando aún en el silencio de las selvas, la valentía de los pastores ha enfrentado y sigue enfrentando los intereses privados, y la sangre de los mártires ha bañado y sigue bañando la tierra y los ríos de la Amazonía.
Invitamos a que desde los espacios de REPAM en los países amazónicos, puedan enviar los nombres de personas e historias que sientan que el mundo deba conocer y que su testimonio martirial sea semilla de nuevos tiempos para la humanidad y para la Iglesia.
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