
“Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”
Papa Francisco a los pueblos originarios amazónicos
Puerto Maldonado – Enero 2018
Como Red Eclesial Pan Amazónica –REPAM- expresamos nuestra gran preocupación por la situación de amenaza que viven al menos 7 líderes indígenas del departamento del Putumayo, en Colombia. Según la comunicación enviada por los propios líderes y su organización de base OPIAC a la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, ha circulado un panfleto que comunica a los líderes que se les da un plazo para abandonar el territorio y resguardar a sus familias.
La situación en los 9 países de la cuenca amazónica, frente a estas amenazas es de profunda preocupación, donde muchos de los y las líderes sociales, indígenas y campesinos, están siendo asesinados y perseguidos. El año pasado en Colombia, se registró un índice alarmante de asesinatos, llegando a casi 500 de personas vinculadas a procesos sociales y organizativos.
En Brasil, la situación no mejora, cada día se tienen noticias sobre actos de violencia, muertes y agresiones permanentes a los pueblos indígenas, y en el resto de los países de la cuenca también hay signos alarmantes de creciente vulneración de derechos para los defensores y defensoras de la Amazonía.
Instamos a los Estados, responsables de garantizar los derechos, a proteger la vida y salvaguardar a las personas, y a que cumplan su obligación de dar seguridad y garantías a los y las líderes.
La defensa de la vida y del territorio no puede ser apagada a vista y paciencia de quienes deben garantizar los derechos, más aún cuando su vida ha sido públicamente amenazada.
Lamentamos afirmar que estamos viviendo situaciones de extrema violencia, donde la vida humana se encuentra en riesgo, así como la de la Hermana Madre Tierra y sus hijos: los pueblos originarios y campesinos. Y hacemos al mismo tiempo, un llamado a las organizaciones internacionales como la ONU y la CIDH para acompañar los procesos de protección y defensa, movilizando a los estados a ejercer su responsabilidad.
Como una Red de Iglesia enfatizamos la necesidad de comprometernos y sumar en la defensa de los territorios, los pueblos y su vida plena y en libertad, y convocamos a las demás organizaciones aliadas, a organizarnos en procesos de salvaguarda y prevención.
Nos unimos a la COICA y OPIAC, en este camino de apoyo recíproco, para hacer posible la protección de quienes están siendo amenazados, por realizar un trabajo a favor de sus comunidades y pueblos.
Y finalmente, ratificamos nuestra presencia de cercanía para viabilizar los canales que estén a nuestro alcance, para proteger la vida.
Secretaría Ejecutiva de la Red Eclesial Panamazónica –REPAM-
LEA COMUNICADO DE Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA-
Qué dolor profundo al leer sobre estas amenazas.
Ya no queda espacio para los campesinos e indigenas.
Los violentos y ambiciosos que quieren quedarse con todo no paran….
Tenemos que unirnos todos y con la Fuerza de Dios’Padre Dueño del Universo nos mantengamos unidos y solidarios.
Que puede hacese al respecto?, veo esto en la red y es tan grande el sentido de impotencia, si hay algo que pueda hacerse comuniquen, esta bueno informar, pero ha de haber algo que haga a los que estamos encontra de estos sucesos mas activos, en mi caso estoy fuera del continente, me gustaria saber como aportar realmente a la situacion, compartiendo la publicion no creo hacer ningun cambio significativo para la proteccion de los lideres y pueblos amazonicos.
Nuestra causa desde la Universidad Mariana de Pasto, siempre sera la paz, justicia y reparación con la creación.
La vida no tiene precio
El plan capitalista neoliberalista incentivado, por los banqueros sionistas, y ejecutado por los paises aliados, para apoderarsen de territorio, y sus recursos, a nivel global.
La selva y sus representantes aborígenes deben ser salvados, respetados.
Tenemos que defender a los guardianes de Este planeta. No podemos permitir que las grandes corporaciones agoten por completo nuestros recurso pasando por encima de la vida de nuestros líderes sociales. No podemos tolerar la brutalizad y la violencia. Es nuestro deber luchar por conservar lo que queda e intentar recuperar lo que hemos dañado.